Belén Cobaleda, Lecciones Urbanidad
Metrópolis sin rastro del ser humano, austeras, geomé-tricas, edificadas con brío contemporáneo por el patrón creativo y el talento de la joven artista. Obsesionada por la deshuma-nización de la gran ciudad contemporánea, la masificación de gente y su aparente ausencia. Obsesionada por el desierto de calles y la fatalidad del peatón anónimo, lanzado a una existencia fronteriza con la incomunicación. Así es el arte de Belén Cobaleda García-Bernalt, que a pesar de sus 32 años presenta una dilatada trayectoria con participación en ferias de arte internacionales. El tono monocromo y uniforme de sus instantáneas y sus trazos sueltos que amenazan en ocasiones con escaparse del cuadro, se unen a una forma muy original de crear reflejos y luces. JOYCE presenta la consagración de un culto a la perspectiva y toda una lección de urbanidad.¿Cuándo decidió dedicarse a la pintura? Desde pequeña me gustaba pintar, mi abuela me sentaba junto a ella con unos folios y unas pinturas y me pasaba horas y horas dibujando. Ella decía que tenía algo especial.
¿Es la arquitectura su manifestación favorita de lo humano? Siempre me apasionó la arquitectura. De hecho, estuve a punto de elegir esa carrera, pero al final me decanté por Historia del Arte y Bellas Artes. Eso sí, no descarto seguir estudiando en un futuro. Desde comienzos de la humanidad, la arquitectura ha sido reflejo de los cambios sociales y ha ido evolucionan-do a la par del resto de corrientes artísticas.
¿Por qué la ciudad? Porque está llena de vida, porque todo pasa en ella, porque las grandes ciudades te atrapan y deslumbran.
¿Cuál es su método de trabajo? Cada mañana me levanto y voy al estudio como el que se levanta para ir al trabajo. Me gusta ser constante. Tengo el estudio lleno de fotografías pegadas en las paredes y el ordenador repleto de imágenes que me sirven de inspiración, pero algunas veces me gusta trabajar a partir de imágenes de mi memoria, recuerdos, sensaciones que he tenido al recorrer ciertas calles. De ahí surgen mis paisajes menos figurativos y más introvertidos.
¿Cuánto tiempo le toma hacer cada cuadro? Cada obra requiere un tiempo distinto, hay veces que le dedico mucho más tiempo a un lienzo de pequeño for-mato, depende de eso que llaman inspiración. La pintura es un lenguaje. En ocasiones ves lo que tienes que ir haciendo, la obra fluye y de repente sientes que está terminada y que no hace falta añadir nada más. Es una de las cosas más difíciles, saber cuándo tienes que parar.
¿Cuándo han irrumpido en su obra los rojos y azules llamativos? En 15 años pintando he pasado por muchas etapas. A veces mi obra necesita más austeridad y sobriedad, más calma. En esos momentos limito mi paleta a escalas de grises y sin embargo hay otras veces en que necesito más movimiento, más vida, más garra y ahí es donde surgen los rojos, magentas, naranjas deslumbrantes, azules, luces de neón, reflejos de un estado de animo o de una necesidad personal.
¿Pertenece su obra a alguna corriente artística? Creo que hoy en día es muy difícil enmarcar una obra en un movimiento artístico determinado. Antes los mo-vimientos duraban siglos, décadas, años… Ahora todo va deprisa, surgen movimientos cada dos por tres, es casi imposible estar al tanto de todo. Creo que el arte actual es muy difícil de encasillar.
El gran artista Gerhard Richter dice: “una obra no es más que el reflejo del que la contempla”. ¿Está usted de acuerdo? Hace unos años escribí un pequeño texto sobre mi trabajo en el que decía que mis obras se ofrecen a la mirada atenta del espectador, que reconociéndose parte integrante del paisaje decide aprender de su lenguaje y al mismo tiempo aprender algo más sobre sí mismo y sobre la vida.
¿En su trabajo es usted instintiva o reflexiva? ¿Intuitiva o pragmática? Creo que a lo largo del proceso creativo debe haber tiempo para ambas cosas, pero me encanta cuando tengo todo claro en mi cabeza y me dejo llevar, esas son las mejores obras, las que después de un tiempo de reflexión empiezas a ver cómo el cuadro sale solo, fluye. Normalmente me suele pasar con los grandes formatos.
De todas las obras de su última exposición, ¿cúal considera su tentativa más lograda y por qué? En esta exposición hay varias piezas claves, totalmente distintas y cada una es especial. En ellas he reflejado la ciudad desde distintos estados de ánimo y perspectivas. Está la ciudad desde la lejanía, la ciudad deshumanizada y la ciudad en movimiento, sería imposible quedarme con una.
¿Por qué bajo la etiqueta ‘Arte Contemporáneo’ se aglutina todo lo consumibe, mediocre, populista, escandaloso y hasta porno-reaccionario? Porque el arte debe ser reflejo de la sociedad y el momento en que vivimos, y si estamos en la era de la globa-lización, del consumo, de los escándalos y de la pornografía, el arte no puede quedarse al margen. Hay muchas obras de arte que se construyen con la problemática social actual.
En el mismo registro, ¿qué opina usted de los pintores-empresa con talleres y equipos de 80 individuos que trabajan para ellos: Koons, Hirst, Murakami…? Creo que el problema no está en el artista que necesita ayudantes para desarrollar sus obras, siempre se ha hecho. Los grandes maestros del arte han tenido discípulos que han colaborado en mayor o menor medida en sus obras. El artista contemporáneo ya no es sólo el artesano que trabaja en su estudio, es un pensador que tiene una idea, desarrolla un discur-so y si para ello necesita ayuda, no hay nada de malo.
¿Se justifican en ciertos casos -pero no en todos- los precios astronómicos del arte hoy? Creo que el problema está en la industria cultural y las cifras astronómicas que mueve, muchas veces desorbitadas según mi parecer.
¿Por qué la vanguardia se ha convertido en industria? Las industrias culturales surgieron a mediados del siglo pasado en los países más avanzados económicamente. Con el arte Pop y la serialización se abrió un camino que tenía como objetivo acercar el arte a todos utilizando un lenguaje sencillo y utilizando iconos reconocibles.
¿Está el arte contaminado por la moda? Más que contaminado yo diría que está impregnado en algunos casos, pero no creo que haya que entenderlo como algo despectivo. Como ya he dicho antes, el arte debe ser reflejo de la sociedad y la moda forma parte de ella.
¿Por qué desconectar el arte de los lugares cotidianos -bibliotecas, restaurantes, boutiques, bares, estaciones de metro…- encerrándolo en sitios específicos para ver arte? (Galerías, bienales, ferias y hasta museos) Creo que el arte sí está en todas partes, incluso en los lugares que has mencionado. Yo empecé exponiendo en bares y también he intervenido una conocida boutique madrileña. Cada vez se está haciendo un esfuerzo mayor por sacar el arte a la calle y acercarlo al publico. Los museos y centros de arte contemporáneo en la última década están desarrollando didácticas especificas para hacer el arte más accesible y cada vez hay más propuestas para sacar el arte a la calle. Hace unas semanas participé representada por la Galería Montsequi en la segunda edición de la Room Art Fair, una feria de arte joven que durante tres días invadió las habitaciones del Hotel Praktik en pleno corazón de Madrid.
¿Cómo se lleva usted con la época que le ha tocado vivir? ¿Se acomoda? ¿Se resigna? Es la época que me ha tocado e intento vivirla con optimismo. Siempre he trabajado mucho y poco a poco voy recogiendo los frutos.
¿Siente cierta nostalgia de alguna edad de oro del arte? Considero que este es un buen periodo para el arte, ya que la adversidad favorece el desarrollo de movimientos cargados de fuerza, aunque la situación económica actual hace que sea cada vez más difícil trabajar en proyectos más ambiciosos. Artistas, galeristas, comisarios, centros de arte, museos… estamos sufriendo grandes recortes que limitan la capacidad de acción.
¿Es usted feliz como artista? Cuando la cosa va bien y estoy inspirada soy la persona más feliz del mundo, pero también hay épocas de falta de inspiración que se hacen realmente duras. Aunque sea una profesión muy solitaria, yo me siento una persona privilegiada.
¿A Quién dirige usted su mensaje? Mi pintura es mi forma de expresarme, de comunicarme con el mundo y está dirigida a todo aquel a quien le transmita algo o no, simplemente está ahí. Pinto por una necesidad personal.
¿Cree usted que hoy, como hace siglos, desde Altamira o antes, los artistas plásticos desempeñan un rol crucial en la humanidad? Evidentemente el arte es necesario.
belencobaleda.com
Texto por: Guillermo Reparaz. Fotografía: Cortesía Belén Cobaleda.
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